#TBT – HAZAÑA ALBIRROJA ANTE LA LAUREADA CELESTE

Escribe: PEDRO GARCIA GAROZZO

Un día como hoy, 14 de julio pero del año 1957, se registró uno de los mayores triunfos que hasta entonces había alcanzado la selección paraguaya de futbol, comparable apenas con su máxima conquista de cuatro años antes, cuando ganó la primera copa América en Lima. En juego de eliminatoria mundialista, para Suecia 1958, la Albirroja goleó y eliminó nada menos que a Uruguay, propinándole una histórica paliza de 5 a 0. El resultado a la vez tuvo la plusvalía de otorgarle la primera histórica clasificación en cancha y por via de una eliminatoria para finales de un mundial de FIFA. A los dos anteriores a los que había concurrido (Uruguay 1930 y Brasil 1950) asistió por invitación.

El resultado fue un gran impacto mundial, porque se registró frente a la más laureada de las selecciones de  Sudamerica de aquella época. Mientras Brasil y Argentina todavía no habían conquistado un certamen ecuménico, la gloriosa celeste charrúa había conseguido nada menos que dos coronas de FIFA (1930 y 1950) y antes cuando eran considerados como auténticos mundiales, dos títulos olímpicos de igual valoración (1924 y 1928).

Estaba todavía muy fresco el recuerdo del celebérrimo “Maracanazo” de 1950, apenas siete años atrás. Ese combinado nacional cargado de gloria, el único en Sudamérica que por entonces levantó la Copa Jules Rimet, el más ganador en 27 años de todavía corta historia de los campeonatos de FIFA, no solo era apabullado en Asunción sino que por primera vez quedaba afuera de la máxima competición balompédica internacional.

La expectativa que generó el partido fue superlativa. Era domingo. Habia preocupación en filas guaranies porque la que se consideraba arma letal y de gol, el puntero zurdo de Cerro Porteño Genaro Benitez (Avión Colí), quedó apartado del juego por una lesión. Pero había medida esperanza por las buenas actuaciones precedentes y sus dos triunfos ante Colombia, sobre todo el logrado en la altura del Campín de Bogotá por 3 a 2 en el juego de ida y 3 a 0 en la revancha una semana antes del choque ante la celeste. Paraguay llegaba a aquel penúltimo cotejo con la perspectiva matemática de clasificación anticipada, si le ganaba a Uruguay. Había que aprovechar que el fixture, nos permitió jugar primero en casa y después ir a Montevideo en la ultima fecha. Pero ni el mas optimista de los paraguayos, por la jerarquía del rival que teníamos enfrente, se podía imaginar que íbamos a conseguir la hazaña inclusive goleando.

El país literalmente se paralizó aquel domingo. Lo recuerdo perfectamente. Yo tenia apenas ocho años. Siempre acompañaba a mi padre a los partidos de futbol. Pero aquella vez, mi madre no quiso que fuera porque iba a ser una jornada multitudinaria y en medio de tanta gente como la que final concurrió (25.000 personas), temia que la concentración en el trabajo periodístico que efectuaba, no le permitiera distraer su atención y estar pendiente de un mocoso inquieto y cabezudo (Mamá jamás pisó una cancha de futbol y las únicas jornadas que vivió como espectadora fueron todas las del sudamericano femenino de basquetbol de mayo de 1962 cumplidas en el estadio Comuneros, en las que justamente se “sacrificó” para asistir, a fin de que yo todavía mitaí akahatá pudiera asistir a aquellos inolvidables partidos .

Recuerdo que a regañadientes debi resignarme a no ir al estadio y finalmente me resigné a seguír atentamente por radio con los relatos de mi progenitor por las ondas de ZP9 Radio Comuneros, aquella inolvidable jornada.

En ese tiempo, una aventura comercial sumamente temeraria, emprendieron unos empresarios paraguayos al lanzar al mercado, una cocina de una sola hornalla de producción netamente nacional a la que dieron la marca de CARUCITA. La cocina que tuvo cierto éxito de venta, lamentablemente no tuvo larga vida. Aprovechando la repercusión del evento futbolístico, sus propietarios, con muy buen criterio marketinero, hicieron publicidad abundante en las radioemisoras que transmitían la jornada y se comprometieron a regalar una cocina por cada gol, al jugador paraguayo que convirtiera en el crucial partido contra Uruguay.

Las chances de anotación que se pensaba con temor por la lesión de Avión Colí se reducirían considerablemente, terminaron por ser a la inversa. Y justamene su reemplazante, el encarnaceno puntero zurdo de Nacional, Florencio Amarilla convirtió los tres primeros tantos albirrojos y se llevó a su casa nada menos que tres cocinas!.

La prensa uruguaya calificó el desenlace de aquella épica jornada como “catástrofe”. El esperado duelo final del estadio Centenario, pasó a ser un mero requisito estadístico.

DETALLES DE LA JORNADA. Partido celebrado en el estadio de la Liga Paraguaya de Futbol en Puerto Sajonia. Arbitro: John H. Husband (Inglaterra).

Paraguay jugó y ganó con Rubén Noceda, Edelmiro Arévalo, Juan Vicente Lezcano y Eligio Echagüe; Salvador Villalba e Ignacio Achucarro; Juan Batista Agüero, Enrique Jara Saguier, Angel Jara Saguier, Oscar Aguilera y Florencio Amarilla. DT: Aurelio González

Uruguay: Walter Taibo, William Martínez., Oscar Villariño, Edgardo González, Néstor Gonçalves, Luis Miramontes, Carlos Borges, Héctor Rodríguez, Oscar Míguez, Javier Ambrois y Walter Roque. DT: Juan López

Goles: P.T. 5’ Florencio Amarilla (P). S.T. 3’ Florencio Amarilla (P), 14’ Florencio Amarilla (P), 41’ Juan Batista Agüero (PAR), 44’ Ángel Jara Saguier (PAR).

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